domingo, 29 de junio de 2014

¡Aquí estoy de nuevo!

  Sí, sé que esta es la milésima vez que abandono el blog y luego vuelvo con alguna excusa barata con la que pedir perdón, aunque en realidad no es que sepa demasiado bien por qué me disculpo, ya que seguramente aquí los que me lean será sólo de pasada... pero, bueno, creo que como mínimo le debo una disculpa a mi pequeñín, por olvidarme de él tanto tiempo.

  La razón del abandono esta vez ha sido... pues ha sido, en un primer lugar, por falta de tiempo; en un segundo, por falta de ideas; y en un tercero, por falta de suerte. La falta de tiempo, se debió a que tuve que hacer ciertas preparaciones que cundían prisa, por lo que estaba día y noche manos a la obra, y cuando acababa, tenía el cerebro tan reseco que no me apetecía pensar en qué escribir, o, directamente, no pensaba en escribir. Vamos, una pescadilla que se muerde la cola, como aquel que diría. Por último, la falta de suerte es que mi querido y preciado ordenador, ese al que adoro con devoción, se estropeó, lo que me ha llevado a estar sin él una temporada. En este tiempo me he dado cuenta de dos cosas:
  1.   La aplicación de Blogger es desastrosa, quita cualquier mínima intención de escribir un post, por pequeño o interesante que sea. Por decir, la instalé y la desinstalé el mismo día, tanto en el móvil como en la tablet. Exijo a Blogger (y no creo ser la única) un cambio urgente en su aplicación, porque realmente les hace falta.
  2.   La devoción a mi PC ha surgido en este lapsus sin él. No me gusta estar amarrada a ningún aparato, pero en este período me he dado cuenta de lo imprescindible que me resulta, para cualquier cosa. La televisión ya se me queda pequeña y aburrida, y tanto mi smartphone como mi tablet, son demasiado pequeñas como para realizar cualquier gestión o entretenimiento. A esos los dejo más para comunicarme... Es verdad que sin él me he dedicado a otras tareas, pero al llegar la noche, ¡qué sumamente aburridas me parecían las películas o series (si había alguna en antena, ya que si era cotilleo, ya ni miraba) que podía permitirme mi televisor!
  Bien, tras darme cuenta de estas dos cositas, puedo deciros que mi vida fuera de la bloggosfera ha continuado con algún que otro altibajo, como por ejemplo, que mi familia mascotil (si la palabra no existe, ya está inventada) ha aumentado y disminuido en el período de tres meses; sí, mi pequeña hámster Lola se fue lo mismo que llegó, una tarde, sin que nadie se lo esperase, y conmigo fuera de casa :( Ya nadie me despierta a mitad de la noche correteando en su rueda, ya que Pincho (podéis imaginar que es un erizo) es un completo huraño y ni se molesta en salir de su casetilla. Por otro lado, la nueva perrita, Gina, se ha propuesto ser el huracán que devore todos mis zapatos... Puede que sea más adicta a las zapatillas de lona que yo.



  Pasando a otras cosas, mi relación con las manualidades sigue en aumento. Si bien, tengo pendiente acabar un Kratos desde hace un tiempo (si me lees, perdooona), ahora he comenzado también con el trapillo (que no difiere mucho de lo que ya hacía), la bisutería y el carvado de sellos. No me preguntéis cómo, pero conseguí herirme con las gubias. Además, este verano tengo una serie de actividades pendientes que, si bien sólo serán a nivel de mi pueblo, a mí no se me da nada compartirlas con vosotros, por si a alguno le da la picotá de querer acercarse y participar ;).



  Por último deciros que, como podéis comprobar, he cambiado un poco (muuucho) la apariencia del blog, que será la elegida para todo el verano. Vale, no es que la haya diseñado yo, sólo la he encontrado en la inmensidad de la red, tampoco podéis pedirle peras al olmo. Pero yo es que me siento como Dios toqueteando el HTML, aunque sólo sea para hacer un copy paste. 

  Tras dar la chapa con todo este batiburrillo de historias inservibles, me despido de vosotros hasta el próximo post, que no tengo pensado dejar para muy tarde. 




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