miércoles, 29 de enero de 2014

Entre cartas

 

  Siempre me gustaron, desde pequeña, los veranos en casa del abuelo. Desde que tengo uso de memoria, he sentido que esa casa tiene algo de especial. El jardín trasero, la chimenea del salón, y, sobre todo, el desván, donde mi abuelo había colocado su despacho que, más que hacer la función de despacho, se catalogaba más bien en la de estudio, con todos los inventos raros del abuelo. 

  Si he de ser sincera, lo que más me gustaba de aquella casa era ese despacho y, más concretamente, el saco de cartas no entregadas que descansaba en una de sus esquinas.

  Llegados a este punto, creo que debería comenzar por el principio y remontarme a la juventud de mi abuelo, cuando trabajaba como cartero entre los pequeños pueblos de los Pirineos durante la guerra civil. Recogía el correo en la central para después distribuirlo por tres pueblecitos distintos en su destartalada bicicleta.

  El caso es que, debido al barullo de aquella época, muchas de las cartas no llegaban a su destinatario, así que mi abuelo las guardaba por si, algún día, en uno de sus viajes alguien preguntaba por ellas. Por muchas de ellas, nadie preguntó. Pero mi abuelo siempre las guardó, incluso cuando yo nací y él ya estaba jubilado, siguió guardándolas en su estudio, en su viejo zurrón.


  Recuerdo que, de pequeña, me pasaba los ratos muertos mirando ese zurrón, pese a que estaba rotundamente prohibido abrir lo que había dentro, imaginando todas las palabras que había escritas en aquellos papeles y que yo no podía leer, muriéndome de la curiosidad...

  Cuando el abuelo murió, hace poco más de dos semanas, cuál no fue la sorpresa de mis tíos, primos y propios padres, durante la lectura del testamento, cuando todos descubrimos que el viejo me había dejado en herencia aquella preciosa casa.

  Como es evidente, cuando llegué al desván, tras recorrer todo el hogar, lo primero que hice fue abrir el zurrón de las cartas prohibidas, aquel viejo amigo de la infancia que tantos secretos me había guardado.

  Reconozco que, cuando me senté en el desgastado sillón de mi abuelo con un puñado de sobres en las manos, estaba completamente muerta de congoja y curiosidad, sintiéndome como aquella niña, que hacía años que había dejado atrás, asustadiza, que espera una rigañina en cualquier momento. Y, aún así, una pequeña voz en mi cabeza me repetía "¿y qué más da? Nadie te lo puede prohibir ahora".

  Así que le eché valor y abrí la primera de ellas...

domingo, 26 de enero de 2014

01. Traigo un personaje: Yo


  

  


 Por fin!! Ya era hora que comenzase con las secciones que prometí. Por el momento, comienzo trayendo un personaje. A ver, no penséis que aquí voy a tratar de gente súper famosa, que lo mismo sí. Pero, por el momento, os voy a ir mostrado a gente más "normalita". Y bueno... ¿quién más normal que yo? Así que, aunque a mí estas cosas no me gustan demasiado, hoy os traigo algo muy típico: una lista sobre mí misma... 

  Sí he de ser sincera, no sabía ni cómo empezarla... Ya os digo que a mí estas cosas no me van demasiado, pero pensé que lo más normal sería empezar por mí misma. Así que lo mejor será que vaya empezando ya:

domingo, 19 de enero de 2014



En primer lugar, y antes de dejaros con la entrada de hoy, creo que debo pedir disculpas. Prometí para este jueves una entrada que abriría una nueva sección, pero esta semana, las visitas y el clima no me han permitido acceder demasiado a internet... Si os preguntáis que por qué el clima... Cuando llueve o hace mal tiempo, mi wifi tiende a desaparecer... En todo caso, hoy os traigo un micro-post, que es domingo, y lo que tenéis es ganas de descansar!!


  Dame papel y lápiz y te escribiré una vida. Desde un pringoso y dulce nacimiento hasta la silenciosa y tranquila muerte. Te escribiré los paseos, los abrazos, las lágrimas, los besos, las bofetadas de realidad...
  El primer día de escuela, de Universidad, el primer día del primer trabajo, el primer hijo, el primer nieto. Las peleas con los hermanos, con los amigos, con la pareja...
  La muerte de un padre, la despedida de un amigo, las risas en el parque, las fiestas trasnochadas...
  Pasearemos por los sentimientos, por las relaciones rotas, por las nuevas relaciones y por las olvidadas, por esas, también.
  Para eso sólo dame papel y lápiz, y te crearé un mundo. Te demostraré que para crear una vida no necesito parir, que para tener un bebé no tengo que esperar 9 meses. Pero para eso, sólo dame papel y lápiz.

martes, 14 de enero de 2014

Motivaciones





  ¡¡Volvemos este 2014 con las pilas bien cargadas!! Estoy segura de que habéis leído u oído esta frase más de tres veces en lo que vamos de mes, ¿verdad?

  En mi caso, no sé si es muy cierto, no soy mucho de la filosofía de "Año Nuevo, vida nueva". En todo caso, soy más de superar mi propia pereza. Obviando todo esto, mi intención este año era implicarme más en la bloggosfera y, ¿qué mejor forma que participando en las propuestas de otros blogs?

  Yo con estas cosas suelo ir con mucha cautela y, por el momento (vete a saber si le pillo el gusto), me he subido al carro de dos bloggo-compañeras.


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