Llevo todo el día buscando blogs de gente que escriba con chispa, que escriba con doble/triple/cuádruple personalidad, que la lea y no pueda evitar pensar "coño, parece que la tengo enfrente y me está soltando su monólogo como si nos conociéramos de toda la vida". Blogs que no tengan miedo a soltar palabras mal sonantes y, pese a todo, ¡queden bien! Que sean jóvenes, frescos, que tengan vida y color, pese a que las letras estén en blanco y negro.

Pese a buscar y buscar tanto (me he dejado los ojos en ese gran amigo, Google), pocos son los blogs que he encontrado que sigan este patrón. Es más, puedo contarlos con los dedos de UNA mano. El resto, son blogs demasiado bien pensados, cuadriculados, faltos de color, demasiado profesionales, nada divertidos. ¡SOSOS! A las dos líneas me aburría de leer. Que sí, que un texto puede estar muy bien escrito, que yo soy de las que revisan y corrigen veinte mil veces un post antes de subirlo, pero si le falta vida y chispa, lo único que hace es aburrirte, informarte, sí, pero aburrirte. Y más a esas mentes prodigiosas que fácilmente se van a las nubes. Si no hay enganche posible, ¡olvídate!
Todo esto me ha hecho pensar en qué cojones ha pasado con aquellos escritores que inundaron internet hace unos años. ¿Qué ha pasado? ¿Que las mentes jóvenes, coloridas, con gracia y chispa se han mudado todas al campo de lo audiovisual? Porque en el único lugar donde veo que abundan es en YouTube. Ojo, no critico a los video-bloggers, hacen un trabajo que te cagas y entretienen como deben hacer. Pero, oye, ¿yo qué queréis que os diga? Esperaba que en el ámbito escrito de internet continuase habiendo eso, chispa.
Cual ha sido mi batacazo al darme cuenta de que en blogs predomina la sosería, la demasiada profesionalidad...
Pues yo exijo una REVOLUCIÓN BLOGGER! Hagamos que nuestros lectores imaginen que han abierto una ventana en YouTube y que, a pesar de no poder ponernos cara ni voz, crean que somos nosotros los que les decimos las palabras al oído. Hagamos que leer un blog sea divertido y gracioso, que arranque sonrisas, pese que lo que digamos sea realmente una gilipollez grande como un torreón (sease como ahora...). Y también hagamos que para nosotros, escribir sea divertido, ameno, no una obligación, disfrutemos de ello, y demostremos que aquellos que hacemos un blog no sólo exponemos en él nuestras penas y depresiones (que a veces también), sino que también nos divertimos, y gesticulamos, y hablamos y nos reimos y se nos escapan palabrotas y nos da igual que se nos escapen, y, y... y todas las cosas esas que aparecen con los video-bloggers, también surgen cuando se escribe un post.
